Algunas de las Canarias fueron legalmente portuguesas durante 52 días.
Cuando las Canarias eran portuguesas

¿Cuándo fueron las Canarias legalmente portuguesas?
historia de las Islas Canarias
Durante 52 días en el siglo XV, las Islas Canarias estuvieron bajo dominio portugués según una decisión papal. Este hecho forma parte de una disputa histórica entre Portugal y Castilla por el control del archipiélago.
El origen del conflicto
La historia de quién poseía las Islas Canarias se remonta al siglo XIV. En 1344, el Papa concedió la conquista de las islas a Luis de la Cerda, bisnieto de Alfonso X el Sabio, como parte de un feudo. Esto generó tensiones entre Portugal y Castilla, que veían en las islas un punto estratégico para el comercio y expansión territorial.
A mediados del siglo XV, con los reinos buscando nuevos mercados y recursos, el tema volvió a cobrar importancia. Las islas eran clave como parada en rutas marítimas hacia África y el sur del continente.
La decisión papal y las bulas
En septiembre de 1436, el Papa Eugenio IV emitió la bula Romanus Pontifex , otorgando a Portugal el derecho de conquistar las Islas Canarias. Sin embargo, poco después, en noviembre de ese mismo año, se publicó otra bula, Romani Pontifici , que anulaba la anterior y reconocía los derechos de Castilla sobre el archipiélago.
Esta contradicción reflejaba las presiones diplomáticas de ambos reinos y la falta de claridad jurídica sobre el poder del Papa sobre territorios no cristianos.
Argumentos de Portugal y Castilla
Portugal basaba su reclamación en la ocupación efectiva de Gran Canaria y Tenerife, así como en la proximidad geográfica con África, donde ya tenía posesiones. También apelaba a motivos religiosos: la necesidad de evangelizar a los pueblos indígenas.
Por otro lado, Castilla sostenía que las islas habían sido siempre suyas por herencia visigoda. Además, desde 1402 mantenía presencia en Lanzarote, lo que reforzaba su posición legal.
Resolución temporal e implicaciones
Aunque la bula Romani Pontifici favoreció a Castilla, la tensión no desapareció. Solo con la muerte del rey Duarte de Portugal y el posterior descubrimiento de nuevas tierras al sur de África, las Canarias perdieron protagonismo estratégico.
Finalmente, el Tratado de Alcáçovas (1479) y luego el Tratado de Tordesillas (1494) establecieron definitivamente los límites entre los imperios coloniales español y portugués, dejando las Islas Canarias bajo soberanía castellana.